Vivimos una época sin precedentes. No ha habido una pandemia global en cien años, y jamás la ha habido con las capacidades y herramientas actuales. Jamás han habido metodologías de innovación tan eficaces ni tan extendidas como en la actualidad, ni las redes de contactos y conocimientos han sido tan fuertes como en estos días.
Todo esto explica cómo es posible que haya podido nacer una iniciativa como la nuestra, COVIDWarriors. Veinte años atrás habría sido impensable lograr iniciativas con un potencial de impacto nacional o, puntualmente, global. Son las redes creadas sobre medios telemáticos lo que ha creado el terreno fértil sobre el que han nacido los proyectos que pueden tener un efecto global en esta crisis.
Y hay muchos frentes abiertos. Estamos en una situación tan transversal que trasciende el ámbito sanitario y desborda por completo las capacidades regulares que los medios públicos, y a menudo privados, tienen dimensionados.
Es en este contexto que la innovación permite acelerar la creación de soluciones relevantes en múltiples frentes. En un país poco acostumbrado a cambiar los procesos tradicionales, las soluciones de siempre están mostrando sus limitaciones. Por ello los colectivos sociales buscan ideas nuevas y están dispuestos a intentar cosas jamás probadas, o acelerar la transformación digital ya iniciada como un modo de proveer soluciones a problemas que no tienen solución simple.
La vuelta de tuerca que hemos introducido es crear un puente entre la innovación procedente de los sectores que evolucionan más rápidamente, generalmente vinculadas a tecnologías de la información e internet, y el voluntariado de profesionales. Juntando profesionales de diferentes disciplinas y enfocando los proyectos con metodologías ágiles, se logran resultados en tiempos útiles para una situación de crisis como la presente.
Y es que el trabajar con voluntariado siempre tiene sus condicionantes, más aún con voluntariado vertebrado por internet. Es un medio muy volátil, donde la comunicación tiene gran complejidad e importancia, y donde las motivaciones que llevan a cada uno a participar son tan variadas como los individuos que participan en un proyecto. Es pues esencial juntar de modo eficiente gente afín, con mentalidades y capacidades compatibles alrededor de temas que tengan un interés común. Por ello al inicio de nuestro proyecto creamos el primer market place para coordinar necesidades, demandas y ofrecimientos.
Otro punto crítico es hacer una arquitectura de solución eficaz. Se trata de no repetir lo que ya existe, no invadir lo que ya funciona, y complementar o multiplicar aquello que tiene impacto a nivel local para darle un alcance a nivel global. Esta es nuestra ambición, que no es pequeña, pero también es nuestro desafío. Se dice que en cualquier proyecto, el 80% de las necesidades se pueden cubrir con el 20% del trabajo. Este es el principio que buscamos aplicar, obtener el máximo impacto con los recursos disponibles. Las conexiones y generar confianza pues se vuelve esencial.
De ahí que comunicar los éxitos se vuelve fundamental. No es medallismo, es poder definir una reputación que permite acceder a colectivos en los que nuestros proyectos pueden incidir. Venimos de cero, hace un mes y medio no existíamos ni imaginábamos que haríamos algo así. Para ser operativos, el tiempo y generar confianza es esencial. Otro punto esencial es atraer liderazgos, gente capaz no sólo de tener ideas sino también liderar una ejecución – y hacerlo sin quemar al voluntariado. Son dinámicas únicas, ajenas al mundo de la empresa, con compromisos variables y responsabilidades asimétricas.
Esta transformación, que tiene sus precedentes, está aquí para quedarse y consolidarse. Esta crisis está cristalizando metodologías y receptividad en un escenario de innovación acelerada, pero dichas metodologías pueden quedarse y beneficiar la sociedad en unos años que serán muy duros y en los que hacer lo de siempre sólo nos dejará hundidos en la mediocridad. En la última década España ha destruido la mitad del trabajo no cualificado, pero en cambio ha creado muchos puestos de trabajo cualificados, especialmente en el ámbito de las tecnologías de la información e internet. Creemos que esta crisis acentuará estas tendencias, y la capacidad de innovación será esencial para poder generar valor real. Estamos ahora sentando las bases que pueden ayudar a crear esta innovación, con MVP’s ágiles y enfoques multidisciplinares para incidir en la sociedad.
Nos esperan muchos desafíos, y estamos aprendiendo sobre la marcha. Cometeremos errores, y aprenderemos de ellos. Aprender a multiplicar nuestra capacidad de detectar necesidades y atacarlas mediante innovación será la base para salir adelante mucho antes.
Jordi Bosch. COVIDWarriors Co-Instigator